La historia del TC en miniatura

En el taller de 6 metros cuadrados montado en su departamento del barrio de Almagro (Capital Federal), Gustavo Ambrosio fabrica de forma artesanal réplicas a escala 1/43 de autos de competición y lleva “construidos” nada menos que 800 modelos en miniatura.

Todo hecho a mano. Cada unidad le lleva un promedio de 15 horas de trabajo, y tiene pedidos de distintas partes del mundo… Durante años, Gustavo canalizó su amor por los fierros a través de estas réplicas. Pero la crisis económica de Argentina en el 2001 lo dejó sin trabajo, y lo que era su hobby se convirtió en su medio de vida.

Tiene autos de todo tipo, modelos y pilotos. Pero sin duda una de sus grandes obras fue fabricar cada uno de los 141 autos que se inscribieron en la Buenos Aires-Caracas de 1948, la carrera más importante de la historia del Turismo Carretera.

Los autos están construidos a escala 1/43. Utiliza resina, metales, ruedas de goma importadas de Italia, vidrio termoformado y pintura acrílica.

Un trabajo que más allá de lo artesanal, le llevó un minucioso proceso de investigación revisando revistas de la época, material fotográfico, visitas a bibliotecas y viajes por diferentes lugares del país para tener más precisiones acerca de marcas y colores de cada una de las cupecitas.

“Fue una locura total”, le confesó a SoloTC. Esa misma locura que lo impulsó a construir, por pedido de otro coleccionista, la grilla completa de los 1000K de Sport Prototipo de 1971.

También fabricó un modelo de cada una de las 200 carreras que disputó Juan Manuel Fangio en la Fórmula 1, las 395 de Carlos Reutemann en la máxima categoría mundial o todos los autos que manejó Juan Domingo Perón.

“Siempre digo que con este trabajo se revive una parte de la historia que ya no va a volver pero que está reflejada con cada uno de estos autos que tienen alma…”, cerró Ambrosio.

Podés conocer más sobre los trabajos de Ambrosio en su página de Facebook.