La réplica del Torino N°1 de Nürburgring, que esconde un tesoro bajo el capot
Jorge Basté compró un Torino para hacer una réplica de uno de los participantes en la Misión Argentina en 1969 y se llevó una sorpresa al encontrar piezas de competición en el motor Tornado, que serían obra de Oreste Berta. Te contamos la particular historia de la réplica del Toro N°1.
- Torino 380 W réplica de la Misión Argentina a la 84 Horas de Nürburgring 1969.
- Motor con preparación TC Fórmula B y/o Mecánica Nacional F1 de la época.
- Cilindrada: 4100 cc. – Relación de Compresión: 10:1 – Potencia estimada: + 250 HP – Distribuidor Dulbeco doble platino.
- Propietario: Jorge Luis Basté (socio del Club Autos Antiguos Firmat).
El Torino quedó marcado a fuego en el ADN de los amantes de los autos en Argentina, a partir de la exitosa irrupción en el popular Turismo Carretera en 1967 y con la épica Misión Argentina en las 84 Horas de Nürburgring con 3 autos de la marca en 1969. Jorge Basté es uno de esos amantes de los fierros que vivió la fiebre del “gran auto argentino” y que decidió rendir homenaje a esa epopeya en Alemania haciendo una réplica de uno de los Torino que participaron. Pero ese proyecto tomó un valor aún más especial para Basté, una vez que adquirió el Torino que eligió para replicar.
Jorge, que vive en Firmat, comenzó en 1999 a buscar un Torino que fuera fabricado entre “1966 y 1969, que son los modelos que fueron a Alemania, y que tuviera un motor con los 3 carburadores. Esa era mi consigna al respecto para poder después trabajar sobre la carrocería y hacerlo bien”. Dos años después, en Rosario, encontró uno como él quería. El hombre que se lo vendió le dijo que tenía fierros de Oreste Berta. Pero cómo comprobarlo en el momento… A Basté le servía lo que veía. “Lo demás podía ser una yapa”, pensó y lo compró.
Una vez que adquirió el auto empezó el proceso de investigación sobre los Torino de Nürburgring y viajó a Balcarce para ver, medir y fotografiar el N°3 original que estaba en el Museo Fangio en ese entonces, que era el único original que había por entonces (los otros los encontraron tiempo después). Jorge le sacó fotos a cada parte del auto, entre ellas los escapes, porque los quería hacer igual.
“La primera sorpresa cuando volvimos a Firmat fue que en la foto que había sacado del escape (entre el múltiple 1 y el 2), eran exactamente igual que el que yo tenía puesto. También había una puntada de soldadura entre la unión de esos caños que está igual, tanto en el escape mío como en la foto”, le contó Basté a SoloTC.
“¿Por qué elegí el Torino N°1, Di Palma, Galbato y Fangio? El N°3 no había que hacerlo porque ya estaba el original. El 1 y 2 se suponía que no existían más. Y entre la trompa amarilla y roja me gustaba más esta última”. Jorge Basté.
Pero las sorpresas siguieron una vez que empezaron a desarmar el motor. “Los pistones eran totalmente distintos a los que usan los Torino de calle. No solo en la forma, ya que este es un pistón con cabeza plana y 2 chanfles para las válvulas, sino en cuanto a dimensiones. El original tiene poco más de 84 milímetros de diámetro y estos eran 87,4. A su vez, los aros eran muy finos, de 1,2 milímetros”, revela con entusiasmo el restaurador.
Fierromec es una empresa de Firmat, Santa Fe, dedicada a la producción y distribución de todo tipo de aceros para la construcción y la industria. Procesa y manufactura de aceros para brindarle a empresas y particulares el mejor aliado para sus proyectos. Más de 20 años de trayectoria los avala como aliados de Fierro.
En el desarme también vieron que había algunas camisas rayadas, entonces mandaron a pedir que se hicieran nuevas a partir de la que tenía puesta. “Pero esas camisas eran distintas de las estándar porque eran más grandes de afuera: tenían más de 0,80, cuando como máximo llegan a 0,60. Realmente están en un súper medida -reveló y agregó-. Entonces empecé buscar los aros en el catálogo de Perfect Circle y aparecieron los aros 87,4 que decían ‘Torino Competición’. Y venían en 1,2 y el 0,9 milímetros de espesor”.
Cuando se armó el motor y salió a dar las primeras vueltas, surgió un problema: no andaba en intermedia, solo baja y arriba. “Entonces volvimos a desarmar y encontramos que los emulsionadores eran F2 en vez de F11. La diferencia entre los 2 es que justamente el F2 es para correr y le falta la parte intermedia; el F11 tiene más agujeros en la parte intermedia”, contó Basté, que buscó hasta que encontró los estándar y pudo comenzar a usar el Torino normalmente.
Fierromec apoya al deporte motor y por supuesto tiene presencia en categorías de ACTC como main sponsor del equipo Trotta Racing. En el Turismo Carretera junto a los Torino de Juan Cruz Benvenuti y Marcos Landa. Y en el TC Mouras, con Jeremías Scialchi y Gerónimo Gonnet.
Pero la gran incógnita era por qué el motor estaba armado así. Basté entabló relación con Henzo Comari, mecánico de IKA que trabajó en los motores de los Torino que formaron parte de la Misión Argentina en Nürburgring, quien le dio algunas certezas. “Fui a la casa y me mostró un pistón igual a que tiene mi Torino. Me contó que esos pistones eran los utilizados, por ejemplo, en los motores Tornado de Berta usados en las Liebres en el TC Fórmula B” recordó Jorge, quien también destacó el “sorprendente” árbol de levas que lleva su motor.
Basté compró el Torino en 2001 y recién lo terminó en 2015. Sin prisa y disfrutando del proceso logró tener el auto que imaginó muchos años atrás. “Cuando uno no tiene presupuesto y tiempo para dedicarle todo el día al auto, sino que lo hace en los tiempos libres, lleva su tiempo”, reconoció el firmatense que hoy participa de eventos con su Torino N°1, que debajo del capot lleva un tesoro mecánico.
STC Content Lab para Fierromec