Pato Morresi: Ídolo eterno del TC
Hoy se cumplen 28 años del trágico accidente de Osvaldo Morresi y su copiloto Jorge Marceca en una carrera de Turismo Carretera en el semipermanente de La Plata.
Actualizada al 27 de marzo de 2022
Osvaldo Morresi continúa en el recuerdo permanente. Hoy se cumplen 28 años de aquél fatídico domingo 27 de marzo de 1994 cuando se accidentó con su Chevrolet en el semipermanente de La Plata. El Pato perdió la vida esa misma tarde, su acompañante Jorge Marceca murió unos días después.
“¿Saben? A mí me dan mucho miedo los taludes de tierra”, había confesado Morresi un par de horas después de la muerte de Roberto Mouras, el 22 de noviembre de 1992. Pese a ese temor latente –que compartía con la gran mayoría de sus colegas- el Pato siguió corriendo. Es que la pasión por los fierros y el Turismo Carretera podía más que el miedo.
El sampedrino había llegado al TC el 8 de abril de 1984 en una carrera para debutantes y no ganadores en Buenos Aires. Salió 2º con un Chevrolet, la marca que defendió hasta su último día.
Cuando Mouras tuvo el accidente en el ‘92 lo vi muy golpeado a mi papá. Hoy lo pienso y me hubiera gustado decirle que no corriera más, porque sabía que los riesgos estaban latentes. Pero sé que no me hubiera dado bolilla porque el automovilismo lo apasionaba, era más fuerte que él.
Paula Morresi a SoloTC
Su primer triunfo lo consiguió el 4 de mayo de 1986 en Tandil. Alcanzó 8 durante sus 10 años de actividad en la “máxima”. En total disputó 153 carreras, donde además logró 14 segundos puestos y 8 terceros.
No pudo ser campeón (su mejor posición en un torneo fue un 3º puesto en 1991). Pero tampoco necesitó la corona para convertirse en ídolo. Lo querían todos: rivales y compañeros. Así lo recordó Jorge Pedersoli, su motorista en aquel momento.
“Fue una persona extraordinaria. Era un tipo que todo lo alegraba, jamás estaba de mal humor. Cuando se produjo el choque entré en la nebulosa, no quería aceptar la pérdida de otro amigo. Con lo de Mouras ya había tenido demasiado”, expresó el histórico preparador.
“Minutos antes de largar hablé con él, estaba muy decidido a ganar esa carrera”, recordó Juan Manuel Landa, amigo personal del Pato. Ese domingo 27 de marzo del ’94 en La Plata, Morresi pasó a liderar la Final después de un despiste y vuelco de Eduardo Ramos.
En homenaje al Pato se construyó un museo en San Pedro (ubicado en la calle 9 de Julio 101-199) que atesora muchos elementos su trayectoria en el automovilismo, entre otros, la Chevy original con la que sufrió el accidente. Por otra parte, sus hinchas armaron un monolito en el mismo lugar donde se accidentó (Camino Costa Azul, La Plata).
Con el paso de las vueltas fue ampliando la diferencia con sus perseguidores. “Patito, tenés 8 segundos de ventaja con Hernández, manejá la carrera”, le decían por la radio los integrantes de su equipo”. “Voy a dar una vuelta más rápido y después regulo”, respondió. Ese fue el último contacto.
Pasaron 28 años de ese triste momento, pero el Pato -lejos del olvido- se mantiene en el recuerdo permanente de todos sus seguidores. Porque Osvaldo Morresi dejó una huella imborrable en el mundo del Turismo Carretera, esa que solo logran marcar los grandes de verdad.