Oscar Franco, un emblema en la historia de Torino
Oscar “Cacho” Franco quedó en la historia de la marca como protagonista en la hazaña de la Misión Argentina a Nürburgring. En el Turismo Carretera le dio una victoria en 1969.
Oscar Mauricio Franco es recordado por los hinchas de Torino por 2 hechos que lo marcaron a fuego. En primer término, por su exitosa participación durante la Misión Argentina a Nürburgring en 1969. Y después porque en su corta estadía en el Turismo Carretera solamente corrió con esta marca, con la que logró 1 victoria en noviembre de 1969.
Franco comenzó a relacionarse con la velocidad desde muy chico, participando en karting y categorías zonales. Su papá, mecánico de profesión, había participado en el TC como acompañante de un coterráneo de la ciudad de Azul de apellido Villamayor y más tarde de José Pisani. “Yo llegué a ser acompañante de mi padre en el ’65 en las carreras que disputaba con un Fiat 1500, marca que él representaba porque había instalado una agencia en nuestra ciudad”, le contó Cacho a SoloTC.
Dos años más tarde, en 1967, el que se subió a un Fiat por él. “Peleé muchas carreras mano a mano con Carlos Reutemann. Él representaba a una agencia de Santa Fe. Ganábamos él o yo, e incluso en una competencia llegamos a empatar en los tiempos. Ese mismo año se formó una peña llamada ‘Amigos de Cacho Franco’, que decidieron comprar un Torino convencional para que lo corra en el Turismo Carretera”, recordó.
Su debut en la “máxima” se produjo en esa misma temporada, en pleno apogeo de Torino que dominaba la categoría con la famosa CGT (Copello, Gradassi y Ternengo) con los 3 autos del equipo IKA Renault dirigido por Oreste Berta. “Debuté sobre el final del año en el autódromo de Buenos Aires. Disputé pocas competencias, pero con actuaciones destacadas que me valieron el llamado de Gastón Perkins para que integre su equipo en 1968 conformado por él y Federico Urruty”, agregó.
Así fue como Franco se subió a una de las Liebres III de la escudería. “Llegué con muchas expectativas, pero estaba claro que el piloto número 1 era Gastón y tanto Urruty como yo debíamos correr en función de sus necesidades. De hecho tuve la posibilidad de vencer en alguna oportunidad durante ese torneo, pero cuando llegaba la orden del equipo debía dejar que gane Perkins”, detalló.
Protagonista de una hazaña
La temporada 1969 la arrancó de la misma manera. Por entonces, en forma paralela comenzaba a tomar forma el proyecto de la Misión Argentina a Nürburgring para participar de las míticas 84 Horas con 3 Torino. El proyecto, dirigido por Juan Manuel Fangio y Berta, lo tenía a Franco entre los planes. Aunque a priori aparecía como opción para ser un piloto suplente.
“En esos tiempos se hablaba mucho de las 84 Horas, pero yo no me imaginaba formar parte. Hasta que un día me llamó Fangio, a quien conocía por la relación de amistad que tenía con mi papá, y me comentó que me querían llevar como suplente. Pero tenía 24 años y pensé como un chiquilín, así que le dije que prefería no ir porque estaba peleando el campeonato de TC y me iba a perder 2 carreras estando en Alemania”, le reveló Franco a este medio.
Dos semanas antes de emprender el viaje hacia Alemania, Juan Manuel Bordeu, que era una fija como piloto titular en uno de los 3 Toros, se accidentó en una carrera de TC en Los Cóndores (Córdoba) que le provocó serias lesiones que lo alejaron del automovilismo por toda la temporada. Estando en la oficina de su padre, Cacho Franco recibió un nuevo llamado de Fangio. “Hola Oscar, necesito que viajes a Buenos Aires. -dijo Fangio del otro lado de la línea. Bueno Juan Manuel, cuando me haga un tiempo voy. – respondió Franco.- Está bien, pero apurate”, se despidió el quíntuple campeón mundial.
Cuando cortó, su padre le preguntó con quién había hablado. “Le dije que me había llamado Fangio para ofrecerme ir a Alemania y que cuando tuviera un tiempo iba a reunirme con él. Mi viejo me miró y me dijo que me mandara a mudar ya, que no podía dejar pasar semejante chance. Yo estaba ante la carrera de mi vida y no me daba cuenta”, relató el azuleño.
La historia quiso que Franco se convirtiera en una pieza clave de la gesta argentina en el país teutón. Ya que condujo junto a Copello y Eduardo Rodríguez Larreta el Torino Nº3, que lideró más de 50 de las 84 horas que duró la competencia. ¡Y finalizó en el 4º puesto de la clasificación general! “Con el paso del tiempo logré dimensionar lo que había pasado allá. No me arrepiento de haber sacrificado a posibilidad de ser campeón del TC. Porque haber participado de la Misión fue lo mejor que me pasó en la vida”, aseguró.
Estreno triunfal en el TC
De vuelta en el país y en el TC, Franco se dio el gusto de festejar por primera y única vez en la “máxima”. Fue el 9 de noviembre de 1969 en la Vuelta de Chivilcoy. “Ese día se definió el campeonato, pero yo no tenía chances. Los candidatos eran Perkins y Emiliozzi. Pero Dante abandonó por un problema eléctrico en el Halcón e inmediatamente Gastón se consagró campeón. Yo me puse a hacer cuentas matemáticas y me tiré a ganar, porque sabía que no iba a perjudicar a mi compañero”, aseguró.
Cerró su gran temporada 1969 con un 3º puesto en el campeonato general. Los años siguientes no fueron tan fructíferos para él en el TC. Un grave accidente en el Sport Prototipo lo alejó un tiempo de las pistas. Retornó en 2 oportunidades –la última en 1984- pero ya nada fue igual. Pero ya no importaba, su huella en el automovilismo la había dejado marcada mucho tiempo antes.