Historia

Octavio Suárez, el trágico final de un histórico del TC

El 23 de septiembre de 1984 Octavio Suárez murió al incendiarse su Dodge. El TC perdía a un férreo defensor que durante 10 años presidió los destinos de la ACTC.

Su Dodge estaba “indomable”. Octavio Justo Suárez se lo decía a quien quisiera escucharlo. “Es inmanejable”, le reconoció a Jorge Martínez Boero minutos antes de iniciar la Vuelta de Benito Juárez. Por esas cosas que tienen los pilotos decidió largar igual. La muerte lo esperaba unos kilómetros más adelante.

Domingo 23 de septiembre de 1984. El Turismo Carretera disputaba la 11ª fecha del campeonato. Roberto Mouras (Dodge) asomaba como el favorito a la victoria. El triunfo sería suyo. El título, algunas fechas más tarde, también.

El Gordo, como le decían a Suárez, llevaba poco más de 10 años presidiendo la ACTC, desde el 1 de enero de 1974. Paralelamente, los fines de semana de carrera se calzaba el buzo y el casco para tripular su Dodge. Una fecha antes, en Santiago del Estero, había obtenido su 5ª victoria. El éxito le había sido esquivo a lo largo de toda 1 década.

Quizás a modo de premonición, Octavio le había dicho a su hermano Pedro, su histórico copiloto, que ya no podían seguir corriendo juntos. “Alguno de los 2 se tiene que bajar. Porque si algún día nos pasa algo, uno al menos quedará para ocuparse de las cosas que tenemos en común”, le dijo.

Ese fin de semana su acompañante fue Néstor Torres. Él también notaba la inestabilidad del Dodge. Suárez finalizó 5° en la 1ª serie. Largó en la 5ª fila de la Final junto al Ford de Oscar Aventin, pero en los primeros metros le hizo señas al Puma para que lo pase.

De pronto, sobre la larga recta de la Ruta N°74, el Dodge salió del camino, dio varios tumbos y quedó con las 4 ruedas para arriba. Torres logró salir por sus propios medios. Pero Octavio, por su contextura física y un fuerte dolor en uno de sus brazos, no pudo hacerlo.

Dodge de Octavio Suárez
Suárez logró sus 5 victorias en el TC con un Dodge. (El Gráfico/Historia TC)

Según contó el periodista Alfredo Parga en su libro “Historia de una Pasión”, tanto Aventin como Osvaldo Morresi que venía detrás del Dodge no se explicaban qué pudo haber pasado. “Quizá un golpe de viento al salir de atrás de un monte. Quizá algo que se rompió del tren delantero, o simplemente una falla que no le permitió corregir correctamente la trayectoria”.

Lo concreto es que en el vuelco, el auto derramó parte de su combustible y comenzó a incendiarse, con Suárez adentro. La tragedia nuevamente enlutaba al TC. Ensañándose nada menos que con el Gordo Suárez. Un hombre al que muchos le adjudican el valor de haber defendido los intereses del Turismo Carretera en una de las épocas más oscuras del país.  

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