Werner: “Ganar 2 títulos seguidos es una locura”
Mariano Werner, el bicampeón de Turismo Carretera, habló con SoloTC sobre la conquista de la Copa de Oro 2021. Su rivalidad con Canapino, su perfil mecánico, el lugar que va ganando en la “máxima” y más, en esta nota exclusiva.
Mariano Werner (32 años) todavía sigue con la inercia festiva de su 2° título consecutivo en el Turismo Carretera que consiguió el fin de semana pasado en San Juan. Envuelto en maratónicas jornadas de prensa, encuentros íntimos con su círculo familiar, visitas de protocolo y hasta enfocado en la puesta en marcha de su nuevo equipo para 2020. En ese contexto, en un alto, preparó el mate y habló distendido con SoloTC.
Lograste un formato de trabajo que se convirtió en tu fórmula del éxito, independientemente del equipo en el que corras y de las circunstancias externas. ¿A qué lo atribuís?
– Cuando Agustín (Canapino) ganaba los campeonatos, yo veía y admiraba que siempre mantenía a los mismos mecánicos, que lo tenía a Alberto atrás de todo, que sostenían al motorista un poco exclusivo. Y hoy puedo ver que pudimos copiar lo bueno que en su momento tuvo Canapino.
¿Con Agustín tomaron la posta de la rivalidad entre Ford y Chevrolet que dejaron el Gurí y Ortelli?
– Puede ser, porque la gente lo pone así y el TC es esto: el duelo Ford-chevrolet. Así que ojalá que esta rivalidad sea por muchos años. Siento aprecio por Agustín, me gusta elogiar las cosas buenas de cada uno y admiro cuando se hacen bien las cosas. Porque en este ambiente cuando a alguien le va bien lo más fácil es decir que está “perreado”, pero a mí me gusta observar por qué es que están funcionando bien.
¿Qué lectura hacés de que hayas dominado todas las estadísticas posibles y, sin embargo, sufriste hasta el final para lograr el título ante un rival que ni siquiera había ganado en todo el año?
– El campeonato de TC es así, premia mucho la regularidad. Entonces, lo que no tenemos que hacer el año próximo es parar 4 carreras en la Etapa Regular, como tampoco en la Copa de Oro como pasó en Rafaela. El formato premia al que llega, la puntuación es así y los kilos duelen…
¿Repetirías la estrategia de salir a ganar todo, como este año, a pesar de los kilos?
– Haber parado en Rafaela, en el inicio de la Copa de Oro, nos impidió especular y nos obligó a salir a ganar todo. No fue una estrategia, sino una necesidad. Antes de la carrera de Posadas, sabiendo que Canapino tenía ganada la Etapa Regular, fuimos con la idea de ganar y lo hicimos porque no podíamos desaprovechar esos puntos. Lo mismo nos pasó cuando se nos rompió el motor en Rafaela: tuvimos que salir a ganar las siguientes para recuperar esos puntos perdidos. Reaccionamos rápido y nos planteamos objetivos claros en momentos claves.
Sorprendió que pudiste ser competitivo a pesar de los kilos.
– Cuando ya no tenés más remedio, hay que laburar. Nos tuvimos que olvidar de echarle la culpa al lastre. Por eso hablamos con los mecánicos para mejorar la distribución de peso en el auto y con Rody para mejorar en el motor. Sumar 2 o 3 caballitos, no parar y en mi caso hacer una buena lectura de cada circuito, fue clave para ir y funcionar bien. Después de Viedma decíamos que no sentíamos los kilos y, sin embargo, fuimos a la última en San Juan y se puso bravo con la trepada y la altura que afecta el funcionamiento del motor.
En Viedma se impuso con 40 kilos extra y se convirtió en el ganador con más lastre de los últimos 14 años. El antecedente era del 25 de noviembre de 2007 en Buenos Aires con el Chevrolet de Matías Rossi (JC Competición) venció con 60 kilos extra. Por entonces no había Copa de Oro y la escala de lastre era por puntos sumados.
¿Cuán importante es conocer la parte mecánica del auto y poder definir el setup como hacés vos?
– No sé si es algo que define, pero todo ayuda. Considero que eso te da un extra para saber qué tocar o para dónde ir en momentos críticos. Te genera una sensibilidad extra. Por supuesto que si te agarra un piloto que tenga a un ingeniero con el que se entienda en un 100%, quizás sea lo mismo.
El reglamento del TC tiene muy limitada la cantidad de pruebas. Y a veces algunos equipos dicen que están condicionados porque no pueden desarrollar el auto. Sin embargo, vos sos uno de los que menos prueba en el año. Esta temporada hiciste solo 1 prueba aerodinámica. ¿A qué se debe?
– Junto con los chicos nos gusta conocer el auto, por más que sea 100% igual al del año pasado. No nos olvidemos que los autos están hechos de manera artesanal, y pequeños detalles juegan a favor o en contra. Por eso me gusta hacer una buena prueba aerodinámica y chequear las trompas que pensamos usar. Son pequeños detalles que nos han dado resultado en los últimos 2 años. Conocer el auto y tener herramientas al momento de tener que hacer cambios.
Además, le das más valor al taller que a las pruebas…
– Exacto. Considero que los 21 días de trabajo en el taller, previos a la carrera, son determinantes. Lo que no se hace ahí, no se puede hacer después.
Qué diferencias marcarías entre los 2 campeonatos.
– La diferencia más marcada con respecto al año pasado fue el cambio del equipo y la incertidumbre de tener que hacer funcionar a un auto 0km. Se llegó muy con lo justo y el TC muchas veces no perdona esos pequeños detalles. Pero ya en la 3ª carrera cuando ganamos me di cuenta que teníamos un gran potencial. Lamentablemente paramos mucho en la Etapa Regular y eso lo pudo aprovechar bien Agustín. Cada año se pone un poquito más difícil.
¿Esperabas el desenlace que tuvo la definición del título?
– Parecía sencillo antes de ir a la última carrera, pero yo internamente sabía que no iba a ser así por la diferencia de kilos que había con el resto. Por otro lado, sabía que Canapino ya no tenía tantas chances como antes de La Pampa, y entendía que el candidato era Lambiris, tal como fue.
Soy un agradecido de este deporte porque me dio trascendencia. Y a su vez nací en el mejor lugar, porque son muy fierreros en Paraná. Y como es una ciudad más chica te llega mejor el cariño de la gente. Werner.
Desde 1991-92, con Oscar Aventin, que un piloto de Ford no lograba el bicampeonato. ¿Dimensionás el lugar que vas ganando en la historia de la categoría y de la marca?
– Nunca me puse a pensar en querer ser ídolo, ni presto atención a las estadísticas. Me gusta correr en autos y ser cada día mejor. Me gusta ser exigente, a veces creo que demasiado, pero es mi forma de ser. Hoy me pregunto por qué no disfruto más de haber ganado los 2 campeonatos, pero soy así.
Igualaste en títulos al Gurí Martínez, a quien siempre apuntaste como un referente: ¿qué significado le das a esto?
– Ya de por sí, ganar 2 títulos seguidos es una locura. Pensar que me llevó 11 años ganar el primero, así que repetirlo es increíble. El automovilismo como te da te quita. Hay que estar en el lugar indicado y en el momento justo para aprovechar estas oportunidades.
Werner todavía no procesó que se consolidó como referente de Ford, una de las marcas más importantes del TC, y que cortó una racha de 29 años sin bicampeonato para el Óvalo. Tampoco que dominó, otra vez, todas las estadísticas del año dentro de la categoría máxima de Argentina. Y que más allá de la dramática definición del título, tiene puesto el traje de hombre a vencer en la “máxima”. Pero sabe que quiere ir por la 3ª corona. Y ya está trabajando para eso…