Especiales

Froilán González, la historia de una leyenda mundial

José Froilán González fue una figura de trascendencia mundial. En Argentina también hizo historia como piloto en el Turismo Carretera y se convirtió en una pieza clave para la llegada del mítico Chevitú que marcó un quiebre en la categoría más popular del país.

José Froilán González forma parte de esa raza de pilotos que dejó una huella bien marcada en el automovilismo mundial. Arrecifeño de nacimiento, su vida estuvo siempre ligada al deporte motor. La mayoría lo recuerda por sus hazañas en Europa. Fue, nada más y nada menos, quien le dio la 1ª victoria a Ferrari en la Fórmula 1. Y también anotó su nombre en la lista de ganadores de las míticas 24 Horas de Le Mans. Murió un 15 de junio de 2013, a los 90 años.

Sin embargo, antes “romperla” en el ámbito internacional, Pepe también hizo historia en Argentina, más precisamente en el Turismo Carretera. Sus comienzos en las 4 ruedas fueron en 1946, a los 24 años de edad. Sus 2 primeras competencias las realizó en la Mecánica Nacional Fuerza Limitada. Lo hizo con 2 sobrenombres distintos para que su padre Joselito –que se oponía a que compitiera-  no se enterara.

“En la primera me puse ‘Canuto’ y luego ‘Montemar’. Canuto era un amigo mío que tenía un circo famoso. Montemar era el nombre del caballo de un amigo”, le reveló a SoloTC en una nota publicada en marzo del 2007. Pero su padre se enteró de las travesuras de su hijo, y directamente lo echó de la casa.  

Froilán debió buscarse un trabajo que le permitiera tener un sustento. Así fue como comenzó a transportar ganado porcino y cereales al Mercado de Liniers, en Buenos Aires. Pero nunca abandonó las competencias. Hasta que le llegó la gran oportunidad de correr en el TC. “Yo era camionero y venía por 9 de Julio y Ecuador –en Capital Federal- y vi una Dodge que estaba en venta en la vereda. La compré, la arreglé un poco y corrí las Mil Millas Argentinas de 1947”, relató.

Esa fue la primera competencia en la que compartió la pista con Juan Manuel Fangio. “Luego estaríamos 50 años juntos…”, rememoró. En total disputó 6 carreras en la categoría más antigua del mundo. Las últimas 5 las hizo a bordo de una cupé Chevrolet. Su segunda experiencia fue nada menos que en la mítica Buenos Aires-Caracas de 1948.

Froilán González a bordo de su cupé de TC.
Froilán Gonzáles disputó 6 competencias en el Turismo Carretera.

“Recuerdo que Perón le bajó la bandera a cada uno de los más de 100 autos. Habían tardado como 6 meses para marcar el recorrido de esa prueba. Yo abandoné y la carrera la ganó Domingo Marimón, un amigo, quien después competiría con nosotros en la escudería Suixtil y en la que Fangio era el Capitán”, contó.

“La tromba de Arrecifes”, como le decían por entonces, participó por última vez en el Turismo Carretera en la Doble Vuelta de Rojas de 1949. Casualmente en esa competencia logró un 6º puesto, que fue su mejor resultado en la categoría. Sus esporádicas intervenciones en el TC se debieron a que “a mí siempre me gustó más la pista que la tierra. Igual el TC tenía lo suyo y por eso corría cuando podía”.

La gran relación que lo unía con Fangio hizo que el Chueco lo recomiende para formar parte del equipo argentino que el ACA envió a Europa en 1950. Ese fue el puntapié inicial para su riquísima trayectoria en el automovilismo internacional, que tuvo uno de sus  puntos más altos en el Gran Premio de F1 en Silverstone 1951 cuando le dio el 1º triunfo a Ferrari en un Grand Prix, derrotando nada menos que a los temibles Alfa Romeo. Fue subcampeón en 1954.

Arriba. A la derecha Cupeiro posa junto al Chevitú. A la izquierda una versión original con una trompa más moderna. Abajo. El Chevitri conducido por Marincovich.

El hombre del Chevitú

José Froilán González, junto a Aldo Bellavigna y Jorge Cupeiro fueron protagonistas de un hecho que marcó un antes y un después en la historia del TC. Es que el desembarco del Chevitú a mediados de los ‘60 se convirtió en el primer auto compacto que llegó para romper la tradición de las tradicionales cupecitas.

“Le dije a Cupeiro que no podía ver que sigan corriendo con las cupecitas modelo ’37. Entonces trajimos esa Chevy de Estados Unidos. Al principio tuvimos algunos problemas, pero la fuimos reformando hasta que empezamos a ganar carreras. Después vino el progreso con los prototipos de Pronello y Berta  hicimos otro tipo de autos”, contó. En total, el Chevitú logró 14 triunfos entre 1964 y 1966.

“Fue el primer compacto que generó tanta polémica con su aparición y provocó rechazo en el público. Luego a ese auto se le modificó la trompa y la cola para actualizarlo a las nuevas tendencias. Y después aparecieron los prototipos, hicimos el que corría Carlitos Marincovich, que ya tenía un diseño copiado de un chasis de Ferrari. Pero eso ya era otra cosa…”, concluyó Froilán.

Nota: Gonzalo Giorgi

Volver al botón superior