El albañil y chasista “autodidacta” que arma un Ford del Gurí en honor a su abuelo

En el momento en el que Juan Pichoud (30 años) empezó a contar cuál era el proyecto que tenía en mente le dijeron que estaba loco, que no iba a poder y que la plata no le iba a alcanzar. Pero Juan pudo, a su modo y con sus tiempos, pero pudo. Lo hizo por amor a su abuelo Francisco Musto, fanático de Ford y del Gurí Martínez, que un día, mientras miraban una carrera de Turismo Carretera, dijo en voz alta: “Algún día me gustaría armar un auto de TC”.

Cuando Juan escuchó a su abuelo tenía unos 10 u 11 años. La frase le quedó grabada, y muchos años después se propuso cumplirle el sueño. Así es que comenzó a armar un auto de Turismo Carretera. Pero no es un coche cualquiera. Sino la réplica del Ford campeón 2015 del Gurí Martínez, el ídolo indiscutido de Francisco.

Juan no es mecánico, tampoco chasista. La única relación que tiene con el automovilismo es la impostergable tradición de sentarse los domingos frente al televisor para ver las carreras o viajar a Toay u Olavarría para seguir a la “máxima” en vivo y en directo. Juan es albañil. A eso se dedica durante la semana. En los ratos libres, sábados y domingos, mete mano en el auto. Es su cable a tierra, reconoce en la charla con SoloTC.  

“Mi abuelo, que ya no está con nosotros, era fanático de Ford y del Gurí, así que me propuse cumplirle el sueño. Así empecé a armar la jaula, desde cero, con dos caños apoyados en el piso. Para eso me descargué el reglamento de la página de la ACTC porque quería tener una guía, y de esa forma empecé”, contó Juan reconvertido en un chasista “autodidacta”.

Oriundo de Tres Arroyos, se valió del reglamento técnico y de algunas fotos del Ford amarillo. “Lo que pasa es que hay medidas que no aparecen en el reglamento. Entonces a través de imágenes lo pude ir haciendo. Me llevó un trabajo bárbaro porque todo lo hice solo. Me armé un taller en casa y de a poquito lo fui construyendo”, agregó.

El Ford está tal cual se ven en las imágenes. “Ahora me falta adaptar la dirección para presentar el motor. La idea es poner uno original de un Falcon porque no tengo manera de comprar uno de TC. Además me estaría faltando conseguir una llanta, que tengo que buscar de afuera porque acá en Argentina no puedo conseguir”, repasó Pichoud con la ilusión de que algún equipo de TC pueda colaborar con su proyecto personal.

Juan tiene varias fotos junto al Gurí Martínez. Sin embargo, jamás se atrevió a hablarle de este proyecto. Aunque seguramente el ídolo se estará enterando al leer la nota. “Me gustaría que cuando esté terminado pueda ver el auto porque esto que estoy haciendo también es un homenaje a él”, aclaró.

Por obvias razones, no hay un plazo estimado para la finalización del proyecto. “No importa los años que me lleve. El tiempo no es algo que me apure. Porque además de mi trabajo, también me estoy haciendo la casa. Pero no me desespero. Lo único que me interesa es poder cumplirle el sueño a mi abuelo. Y sé que algún día lo voy a hacer. Cuando lo tenga listo, voy a pintar su nombre en la puerta del acompañante. Ese día sé que desde donde esté, se va a poner feliz…”.