De Brabandere se alista para un retorno especial

Luego de tener que seguir la acción de la apertura del año del TC Pista en Viedma desde su casa, para la 2ª cita, en Neuquén, Agustín De Brabandere (23 años) pudo reunir el presupuesto para iniciar su 3ª temporada en la categoría. Aquel -ya lejano- fin de semana del 8 de marzo en Centenario le regaló al entrerriano su 1ª victoria en la especialidad y le permitió, no solo tomarse una pequeña revancha, sino que permitirle ilusionarse con ser animador con su Ford.

“Estoy extrañando mucho a las carreras, se hace difícil tanto tiempo sin correr. Además, me cortaron mi racha positiva… Lo único bueno de todo esto es que sigo siendo el último ganador”, le cuenta -entre risas- a SoloTC . Este triunfo le permitió, además de recompensar a las empresas que lo apoyan, abrir nuevas puertas que, por el aislamiento social, preventivo y obligatorio, quedaron sin traspasar.

“Tuve poco tiempo para aprovecharlo porque enseguida vino la cuarentena. Pero lo que más rescato del triunfo es que me posibilitó, primero y principal, el incentivo de mis sponsors de siempre y, después, varias posibilidades que habrá que ver una vez que todo esto pase”, aseguró el campeón de TC Pista Mouras 2016, que inició el 2020 con la atención de su Ford en el taller de Oscar Fineschi en Quilmes, con asesoramiento en el chasis de Fabián Fuentes y la motorización de Alejandro Garófalo.

Respecto de la victoria en suelo neuquino, el joven entrerriano afirma que tuvo “muchísima repercusión, la verdad que nos vino bárbaro porque encima nadie nos tenía en cuenta, no éramos los favoritos. A medida que fue transcurriendo el fin de semana íbamos apareciendo más arriba y lo de la Final, con esa linda maniobra, coronó todo. Son esas carreras en las que sale todo bien, es un fin de semana que quedará para el recuerdo”.

El triunfo tuvo muchísima repercusión, la verdad que nos vino bárbaro porque encima nadie nos tenía en cuenta, no éramos los favoritos.
Agustín De Brabandere a SoloTC

Esta situación, atípica y desconocida por todos, alteró algunos planes de De Brabandere y su equipo. Su acuerdo con los sponsors es por carrera disputada, por lo que no competir no le genera ingresos. Sin embargo, empresas que lo apoyan desde hace tiempo cuando pudieron retomar sus actividades le comunicaron que le mantenían su aporte.

“Lambert y Pietroboni cuando regresaron a trabajar volvieron a apoyarme. Obviamente en menor medida, pero eso me permitió tener oxígeno y que no todo salga de la empresa familiar. Y, especialmente, poder mantener el compromiso con mis mecánicos”, relata Agustín quien reconoce que tuvo que dejar cosas de menor importancia, como la nueva pintura del Falcon, para más adelante.

Su Ford está listo para cuando el automovilismo vuelva a tener bandera verde. Y él también piensa en cómo se adaptaría al protocolo que se implementaría para volver. “Si bien no es oficial, ese formato de 4 personas no me complica porque tengo 2 chicos que trabajan en el auto, y tanto el chasista, el motorista como el gomero los comparto con otros equipos” expresa De Brabandere quien lo único que perdería por un tiempo sería la compañía de su inseparable compañero en el automovilismo: Poto, su papá.