Bessone: “Canapino es el máximo ídolo del TC actual”
Ernesto Tito Bessone analizó por qué es tan difícil para los pilotos generar idolatría en la actualidad y aseguró que Agustín Canapino es el máximo referente gracias a lo que consiguió en el TC y a su experiencia en el exterior. ¿A qué otros pilotos destacó?
Es una voz de peso y que fue parte de una generación que tuvo ídolos que calaron hondo en los fanáticos del Turismo Carretera. Por eso, Ernesto “Tito” Bessone explicó por qué es tan difícil generar ese arraigo popular en la actualidad y aseguró que Agustín Canapino es un indiscutido en ese aspecto.
“Por toda la trascendencia que tuvo su actividad a nivel país y por lo que está intentando hacer en el exterior, Agustín Canapino es el máximo ídolo del TC actual. También creo que van a quedar Matías Rossi por sus logros y por sus actos, Mariano Werner por su entrega arriba del auto y por cómo es con la gente”, le contó Bessone a SoloTC.
A su vez, Tito enumeró a los que, considera, fueron los últimos grandes ídolos del Turismo Carretera: “De la generación siguiente a la mía, Guillermo Ortelli y el Gurí Martínez son 2 grandes ídolos. Y también Marcos Di Palma, que encarna eso de que no es necesario ser el más ganador ni el más políticamente correcto”, aseguró el campeón 2003 de la “máxima”.
Hace algunos días, Emiliano Spataro había asegurado que la falta de ídolos en el TC se debe a que “hay un nivel tan bueno de pilotos que se reparten las victorias, los campeonatos y la gloria, algo diferente a lo que pasaba antes cuando 2 pilotos se llevaban el 90% de las carreras del campeonato”. Pero Bessone tiene su propia visión sobre el tema.
“La idolatría tiene que ver con la personalidad y el carisma más allá de los resultados. Y también lo que generás con tus actos, que no siempre tienen que ser del gusto de la gente, los ídolos se forjan hasta cuando son extremistas. -expresó Tito diferenciándose de la Hormiga Atómica-. Me parece que hay menos ídolos porque los pilotos no son tan expresivos en su forma de ser. Esto es para bien o para mal, porque a un ídolo lo podés querer por las buenas o por las malas“.
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