TC: Así nació La Coloradita de Bordeu
“Qué vas a hacer con ese Chevrolet?”, le preguntó Juan Manuel Fangio a Marcos Ciani. Así se gestó la creación de La Coloradita de Juan Manuel Bordeu.
“¿Qué vas a hacer con ese Chevrolet?”. Esa simple pregunta que Juan Manuel Fangio le hizo a Marcos Ciani en su taller de Venado Tuerto, fue el puntapié inicial de una historia que cambió el rumbo de los acontecimientos en el Turismo Carretera: la creación de La Coloradita de Juan Manuel Bordeu.
Corría el año 1962, Fangio ya se había retirado del automovilismo después de cosechar 5 títulos mundiales de Fórmula 1 y por entonces apadrinaba a su coterráneo Bordeu a quien había llevado a competir a Europa a fines de los ’50 y que por entonces se preparaba para iniciar su camino en la máxima categoría de Argentina.
“Ese Chevrolet” al que hacía referencia Fangio era una cupé modelo ‘47 que Ciani había comenzado a preparar. “Yo le comenté que tenía idea de venderlo porque quería correr con Dodge. Fangio me lo compró enseguida, ese auto luego se convirtió en la famosa Coloradita con la que Bordeu ganó el campeonato de Turismo Carretera en 1966”, le reveló Ciani a SoloTC en una entrevista publicada en julio del 2007.
Fangio trasladó el auto al taller de su hermano Rubén en Balcarce. Allí lo armaron junto a Ernesto Polverino. La primera vez que Bordeu compitió con esta cupé fue el 3 de marzo de 1963 en la Vuelta de Olavarría, una competencia que también quedó en la historia del TC porque ese día perdió la vida Juan Gálvez.
Bordeu logró 16 victorias con La Coloradita. Fue campeón en el ‘66 y subcampeón en el ‘64.
El debut triunfal de la cupé fue unos meses más tarde, el 4 de agosto en la Vuelta de Junín. Pero el hecho más trascendental se gestó en 1966 cuando Maneco logró ponerle fin a la era más exitosa de Ford en toda la historia de la “máxima”. En una temporada que tuvo 36 carreras, el balcarceño arrancó el campeonato en la 12ª fecha.
Pero en aquel entonces el reglamento computaba las 10 mejores actuaciones de cada piloto. Y Bordeu sacó provecho de esa curiosa regla: de las 22 competencias que disputó, ganó 9 sumando 90,5 puntos contra 77 de los hermanos Dante y Torcuato Emiliozzi que con la mítica Galera habían alcanzado 4 títulos consecutivos.
Bordeu le dio el 3º título de la historia a Chevrolet. Los anteriores habían sido de Fangio en 1940 y 1941. Cortó una sequía de 25 años sin títulos para la marca. En ese lapso, Ford logró 19 campeonatos seguidos.
De este modo Chevrolet volvió a lograr el título después de 25 años y, vaya paradoja, de la mano de otro balcarceño, ya que el último campeón había sido el mismo Fangio en 1941.
Justamente la temporada del ’66 marcó un quiebre en la historia del TC con el desembarco de los primeros autos compactos que de a poco fueron desplazando a las tradicionales cupecitas.
Es por eso que Bordeu y Toto Fangio decidieron aggiornar la cupecita modificando la estructura original: le colocaron un parabrisas de Peugeot 404 y la cola también fue remodelada siguiendo las líneas originales de la Ferrari Dino diseñada por Pininfarina. El auto recién retornó a las pistas en 1967, en pleno auge de los Torino.
Sin embargo, poco pudieron hacer para torcer una historia que estaba juzgada: rápidamente las cupecitas pasaban a ser historia en la categoría.
La temporada 1968 fue la última de Bordeu junto a La Coloradita. Apenas un 3º puesto en Buenos Aires detrás de las Liebres de Gastón Perkins y Eduardo Copello fue la última muestra de protagonismo de un auto que hizo los méritos suficientes como para dejar una huella imborrable en el Turismo Carretera.