Walter Hernández “volvió” al TC
El campeón 1993 de Turismo Carretera volvió al ruedo y desde esta temporada acompaña a Diego Ciantini para aportar su experiencia. En diálogo con SoloTC, dio su visión sobre el TC de ayer y de hoy, y habló del desembarco de Toyota en la categoría.
Walter Hernández (56 años) volvió al mundo del Turismo Carretera. Desde esta temporada acompaña a Diego Ciantini, que está haciendo sus primeras armas en la popular categoría tras su debut como piloto titular en 2020. El campeón 1993 de TC tiene como objetivo trasladar su experiencia al joven piloto de Balcarce.
“La idea es darle una mano viendo las cámaras y analizar la estrategia de carrera. Estoy tratando de ver si puedo aportar algo. Pero no soy 100% un director deportivo, porque aporto una parte muy pequeña. Yo hace muchos años que estoy alejado del automovilismo y la categoría ha cambiado mucho. Creo que para ser un director deportivo, uno tiene que tener varios años de experiencia”, le explicó Hernández a SoloTC sobre su nueva función, avalada con 1 título y 99 carreras en la “máxima”.
Walter pasa gran parte del tiempo en el box del Di Meglio Motorsport monitoreando todo lo que ocurre alrededor del Dodge de Ciantini. Está al tanto de todos los trabajos que se hacen sobre el auto. Pregunta y opina. Se nota que disfruta estar ahí, en la cocina del TC. Y lo hace junto a su amigo José Ciantini, padre de Diego, con quien compartió sus inicios en la Fórmula Renault.
“Es el único deporte que me distrae y me abstrae 100% de lo cotidiano, de mi trabajo y de mis responsabilidades. Disfruto mucho de estar nuevamente en los circuitos, con estos autos, la gente… Por suerte me dieron la oportunidad de estar en un equipo y es muy importante para mí”, reconoció Hernández, que corrió por última vez en el TC el 29 de noviembre de 2004 en Río Gallegos.
Debutó el 4 de julio de 1992 en Buenos Aires y disputó 99 carreras. En ese lapso consiguió 1 título (1993), 6 victorias, 20 podios, 22 series y 6 pole position. Su último triunfo fue el 7 de agosto de 1994 en Río Cuarto.
El TC de ayer y hoy
Hernández formó parte del mítico Turismo Carretera de los ‘90, donde logró coronarse campeón en 1993 y sumar sus 6 victorias en la categoría (en un período de 13 meses). Luego de un largo impasse y un breve retorno, se retiró de la “máxima” a fines de 2004. Pese a haber sido protagonista de esa época dorada de la “máxima”, que tanto añoran los tradicionalistas, ve con buenos ojos el desembarco de Toyota como parte de un proceso de cambio.
“Veo bien la llegada del Camry. Va a ser una oportunidad para que la categoría haga un recambio generacional de los autos. Falta mucho para que sea competitivo, en algunos circuitos lo es más que en otros. Pero van a tener un arduo trabajo porque estos autos (los tradicionales del TC) tienen muchos años de desarrollo y eso hoy juega un papel importante para tener buenos resultados”, afirmó Walter, que en el ’94 fijó su postura sobre los peligros de correr en ruta y eso le impidió lograr el bicampeonato.
El expiloto de Nicanor Otamendi, es un apasionado de TC y entiende que pese a los cambios lógicos, la esencia sigue intacta. “El TC mantiene todo: su folklore, la mística de los motores pese al cambio que se hizo. La categoría se va revalorizando a través de los años y se reinventa”, dijo.
El 6 de agosto de 2017, a 12 años, 8 meses, 1 semana y 1 día de su última carrera como piloto titular de TC, Hernández (con casi 52 años) volvió a calzarse el buzo para competir en los 1000K de Buenos Aires como invitado de Christian Ledesma. Ahí volvió a reencontrarse con un auto de Turismo Carretera, que había atravesado una década de mucha evolución, pero que -según su visión- mantiene la esencia.
“El auto actual es muy similar al que nosotros corríamos. Los cambios más grandes están en la aerodinámica y los frenos. De la primera a la última vuelta frenan muy estables, siempre igual, y eso es muy importante para la seguridad en una carrera. Me llamó la atención también la velocidad de curva. Pero en líneas generales los TC siguen siendo autos pesados, que dependen mucho del factor humano y eso hace que sea un auto diferente a las demás categorías”, concluyó.