Motoristas, los fusibles de cambio en el Turismo Carretera
Falta de rendimiento o confiabilidad y búsqueda de exclusividad, son algunas de las razones que llevaron a 7 pilotos de Turismo Carretera a buscar otras opciones de motorización en estas primeras 3 fechas del campeonato.
“Cuando la cosa no funciona, el primer fusible que se cambia es el motorista. El TC es así, a veces injusto, pero son las reglas del juego”, comentaba Jorge Pedersoli en una nota con SoloTC hace algunos años atrás. Su concepto se mantiene vigente, ya que a lo largo de las 3 primeras fechas del campeonato, hubo 7 pilotos que reemplazaron a sus motoristas o analizan hacerlo de cara a la próxima fecha en Concepción del Uruguay.
El primero que picó en punta fue Manu Urcera el día después de lograr la victoria en la 2ª fecha disputada en Buenos Aires. El rionegrino sacudió el mercado incorporando a Lucas Alonso, que era motorista exclusivo de Agustín Canapino con quien había obtenido sus últimos 2 títulos en 2018 y 2019. Una noticia que le cayó como un balde agua fría al mismísimo Canapino quien se movió rápido y contrató los servicios de Fabio Di Palma.
Apostando a un proyecto de atención exclusiva en su Chevrolet (desde este año armó su propio equipo con asistencia técnica de Walter Alifraco), Urcera dejó de lado la atención de Iván Bondaruk y a partir de San Nicolás corrió con atención en pista de ALonso, que acumula 10 victorias en la “máxima” (5 con Rossi y 5 con Canapino).
Un día después, el 10 de marzo, Guillermo Ortelli anunció su desvinculación de Ezequiel Giustozzi y la contratación de los servicios de los hermanos Próspero y Nicolás Bonelli. El saltense venía de abandonar en Buenos Aires por la rotura del multiválvulas de su Chevrolet. Esa fue la gota que rebalsó el vaso y lo impulsó a buscar otra opción, la 5ª en las últimas 3 temporadas.
La ola de cambios continuó en los días posteriores, previo a la 3ª cita del certamen en San Nicolás. Juan Bautista De Benedictis optó por reemplazar a Julián Adamo por Rody Agut. En un combo que incluyó la incorporación de Fabián Fuentes para asistir técnicamente al Ford verde del Martínez Competición.
En tanto que su coequipier, Carlos Okulovich, le compró un motor Cherokee a Johnny Laboritto y lo reemplazo por el que le proveía Fabián Giustozzi. El detalle es que después de la carrera en el circuito nicoleño, el misionero le llevó el motor a Rody Agut para que le haga un service. Aunque todavía no definió quién se hará cargo de la atención en pista.
Dos casos particulares
En este contexto también hay lugar para situaciones particulares como las de Valentín Aguirre y Diego Ciantini que hoy en día están trabajando con 2 motoristas a la vez. Aguirre, que este año comenzó a correr con un Ford del DTA Racing luego de su paso por Dodge, comenzó el certamen con la atención de Ezequiel Giustozzi.
Pero ante la falta de confiabilidad y rendimiento que tuvo el multiválvulas en las primeras fechas, incorporó como “asesor” a Johnny Laboritto. De todos modos, el preparador multicampeón de la “máxima” podría convertirse en el motorista titular a partir de Concepción. Una decisión que está en manos de Valentín y su papá Gastón.
Ciantini, que dejó Torino a fines del 2020 para subirse al Dodge que dejó vacante Aguirre en el JP Carrera, inició el campeonato con la motorización de Giustozzi. Sin embargo, no quedó conforme con el rendimiento que tuvo en San Nicolás (fue 17° en la Final) y debido a eso decidió junto al equipo llevar un 2° motor al taller de Daniel Berra. Ambas plantas impulsoras serán probadas en la previa a la 4ª fecha y la que mejor funcione será la que utilizará ese fin de semana en el circuito entrerriano.
En un Turismo Carretera con un alto nivel de exigencia, cada vez hay menos margen para el error. Las urgencias y la demanda de resultados llevan a los pilotos y equipos a aplicar cirugía mayor sin anestesia. Y en este caso, como bien lo decía Pedersoli, los motoristas se convierten en el primer fusible que se reemplaza. Así parece que son las reglas de este particular mundo del TC.