Rossi-Werner: uno de los finales más polémicos de la historia del TC
Se cumplen 4 años del domingo en el que Mariano Werner chocó a Matías Rossi y lo privó de ser campeón, en una de las definiciones más escandalosas del Turismo Carretera. El título fue para Guillermo Ortelli.
Cuatro años pasaron de una de las carreras más polémicas y escandalosas de la historia del Turismo Carretera. El 4 de diciembre de 2016 en el autódromo de La Plata, Matías Rossi (Chevrolet) quedó a solo 300 metros de consagrarse campeón por 2° vez debido a un toque que recibió de Mariano Werner (Ford), su máximo rival en la lucha por la Copa de Oro. Ese incidente consagró campeón a Guillermo Ortelli por 7ª vez en su trayectoria.
Rossi y Werner llegaron al “Mouras” como los principales candidatos a la corona. Apenas los separaban 3 puntos. Es cierto que había otros 3 con chances matemáticas, aunque a priori aparecían más relegados: Ortelli a 37 unidades, Agustín Canapino a 53,5 y Juan Marcos Angelini a 65. Quedaban 70,5 en juego.
El desarrollo de la 15ª fecha ratificó la candidatura de Rossi, que clasificó 2° a 4 décimas del poleman Gastón Mazzacane (Chevrolet). Mientras que Werner clasificó 12° a casi 1 segundo de la punta. El Misil ganó la 2ª serie que fue la más lenta de las 3. Adelante en la Final partieron Manu Urcera (Chevrolet) y Ortelli. Así las cosas, Rossi debía terminar delante de Werner para gritar campeón.
Adelante, Urcera se encaminaba hacia su 1ª victoria en el TC. Mientras que Ortelli, que venía 2°, debía esperar a que se caigan Rossi que estaba 4° detrás de Juan Martín Trucco (Dodge) y Werner que se ubicaba 5° luego de superar en un relanzamiento a José Savino (Ford). Para calzarse la corona, el entrerriano necesitaba saltar al 3° puesto.
En la última vuelta, la tensión se apoderó del ambiente. Werner intento el sobrepaso sobre Rossi en una curva, pero Rossi no le dio espacio. Ambos autos iban casi pegados, a milímetros de distancia y al límite del error. En la última variante antes del ingreso a la recta principal, Mariano se tiró por adentro, y sin lugar para su auto transitó con las 4 ruedas sobre el pasto. Y cuando volvió a la pista tocó a la Chevy en la parte trasera.
Producto del impacto, el Ford hizo un trompo en plena pista. Mientras que el Chevrolet de Rossi salió despedido hacia la parte externa del trazado. Ambos se recuperaron y cruzaron la meta en medio de un enjambre de autos y gente que había invadido la pista.
La planilla oficial marcaba que Rossi había llegado en el puesto 21°, resultado que lo consagraba campeón. De hecho, cuando llegó a la Técnica se subió al techo del auto para festejar. Sin embargo, el cronometrador manual indicó que lo hizo en la 24ª posición. Algo que el mismo piloto pudo constatar mirando las cámaras en el micro de los comisarios deportivos.
Con ese resultado, el campeonato cambió de dueño. Ortelli, que estaba festejando el 2° puesto en el podio, se enteró por integrantes del JP Carrera que era el sorpresivo nuevo monarca. Desde el Donto Racing, equipo que alistaba al auto de Rossi, intentaron una última estrategia para torcer el rumbo y denunciaron a los 23 autos que habían terminado adelante suyo. Con esto querían lograr que si la Técnica detectaba que al menos 3 de esos autos estaba fuera de reglamento, Rossi podría avanzar los puestos que necesitaba para consagrarse.
Sin embargo, la denuncia se hizo tarde porque algunos de esos autos ya estaban desarmados y guardados en los camiones de los equipos. El sueño de Rossi se había terminado, mientras que Ortelli seguía celebrando un campeonato que no estaba entre sus planes.
Luego del escándalo, Werner recibió una suspensión de 1 año y una multa económica de 750.000 pesos. Aunque 20 días más tarde, tras la apelación del piloto entrerriano, el Tribunal de Apelaciones le redujo la pena a 6 meses y 500.000 pesos. Así se cerró una de las definiciones más grotescas que se haya conocido en el TC. Una definición que nunca más debería volver a repetirse.