El receso más largo de la historia del TC
Entre 1942 y 1947 el Turismo Carretera tuvo un receso de más de 5 años sin actividad debido a la escasez de elementos por la Segunda Guerra Mundial.
5 años, 6 meses y 24 días. Ese fue el tiempo exacto que transcurrió desde la última carrera que disputó el Turismo Carretera entre el de abril de 1942 y el 26 de octubre de 1947. En el medio, un receso obligado por los efectos colaterales de la Segunda Guerra Mundial.
Jamás el Turismo Carretera volvió a estar un lapso semejante sin carreras. Algo impensado en estos tiempos donde volver a las pistas resulta una necesidad imperiosa. En ese entonces, la guerra frenó a una categoría que comenzaba a dar sus primeros pasos.
Apenas se habían disputado 18 carreras desde el bautismo inicial el 5 de agosto de 1937. Suficientes como para determinar a 4 campeones: Eduardo Pedrazzini (1937), Ricardo Risatti (1938), Ángel Lo Valvo (1939) y Juan Manuel Fangio en (1940/1941).
El TC ya había comenzado a abrir caminos por todos los rincones del país, e incluso traspasado fronteras. Hacía Chile en el Gran Premio Internacional del Sur en 1939 que ganó Lo Valvo. O los tramos por Bolivia y Perú en el Gran Premio Internacional del Norte, que significó el primer éxito para Fangio y Chevrolet en la categoría.
Suspensión indeterminada
El Premio Mar y Sierras que ganó Fangio el 2 de abril del ’42 marcó el abrupto final de la temporada. El Automóvil Club Argentino dictaminó la suspensión del campeonato que solo tuvo 2 carreras (la primera la ganó Esteban Fernandino padre).
La decisión se tomó debido a la escasez de repuestos y neumáticos. En esa época, los autos que nutrían al TC eran importados de Estados Unidos y debido a que el país del norte ingresó a la guerra, todas las automotrices americanas quedaron a disposición del ejército.
La falta de combustible fue otro factor que incidió en la suspensión ya que frente a la escasez, el gobierno argentino declaró al automovilismo como una actividad no prioritaria.
La suspensión del automovilismo por tiempo indeterminado obligó a los pilotos a recluirse en sus trabajos particulares. La mayoría recurrió al oficio de la mecánica. Por su parte, Fangio –que debió cerrar su taller en 1943- se dedicó a la compra de camiones para comercializar solamente los neumáticos que escaseaban en el país.
A su vez, durante ese período, se produjo la separación de Oscar y Juan Gálvez. “Durante el receso surgieron diferencias que por primera vez fueron insoslayables. Claramente los 2 forjaban su futuro y sería imposible compartir un mismo taller mientras en las carreras se enfrentaban por la victoria”, contó Ricardo Gálvez (hijo de Juan) en su libro “Juan Gálvez, el campeón eterno”.
Para saciar la necesidad de competencia, los hermanos compitieron en carreras de lancha, cada uno manejando la suya, claro está. Debieron pasar 2033 días para que el Turismo Carretera iniciara nuevamente su actividad. El 26 de octubre de 1947, en la Doble Vuelta de Sierra de la Ventana, Fangio se alzaba con su 4ª victoria. El TC nunca más volvería a estar tanto tiempo con sus motores apagados.